Política versus lógica
Como dice el viejo aforismo payo “No es lo mismo Dios que los gitanos”. Quizá por eso el Gobierno está empeñado en traerse para acá al bueno de don Miguel Pajares, que como misionero merece todos mis respetos y hasta mi admiración, pero que como infectado de ébola no me cuadra este empeño de traerlo a casa.
Entiendo que en Liberia el sistema sanitario es un desastre, pero buena gana de poner en riesgo a la población peninsular con el portador de un virus que hoy por hoy causa una gran mortandad y para el que no existe realmente una vacuna o un tratamiento salvo algunas experiencias singulares que no ofrecen ninguna garantía. Mi opinión personal es que el propio don Miguel debería de negarse a este traslado y compartir con cristiana caridad el destino de sus hermanos liberianos.
La Asociación de Médicos de Madrid alerta por boca de su presidente de los riesgos del traslado que, al parecer, se haría al Hospital Carlos III. El centro está siendo acondicionado deprisa y corriendo, pero la Asociación Madrileña de Enfermería Independiente afirma que ningún hospital madrileño está realmente preparado para el ébola.
Al parecer, el protocolo para recibir al padre Pajares implica desalojar la sexta planta y equiparla con habitáculos de “presión negativa” que no dejan salir el aire al exterior [así se supone al menos], así como de los equipos de aislamiento para los sanitarios, que desde luego no usan esos trajes especiales todos los días.
Lo cierto es que la movida incluye la reubicación de los pacientes de las plantas tercera y cuarta de la Ciudad Sanitaria La Paz, con todos los riesgos y molestias que ello supone.
Por lo que se puede ver aquí hay más de política que de Sanidad y eso hace que, aun siendo conocidas las “dudas” de los profesionales de la medicina, el plan siga adelante y el avión Airbús medicalizado haya despegado ya de Torrejón con destino a Liberia.
Esperemos que todo salga bien y que no nos convirtamos en un nuevo campo de batalla en esta cruenta guerra contra esos virus mutantes del ébola.
imagina (por Carlos Barrón) 