LO QUE DE VERDAD IMPORTA

Esta crisis está dejándonos mucha sabiduría encima de la mesa, muchos principios, informaciones y realidades que deberían procesar convenientemente quienes nos gobiernan, quienes dirigen los destinos de nuestras sociedades.

europapress-2676576-personas-con-mascarilla-en-barcelona-por-el-brote-de-coronavirus

Foto europa press

Primero la gente

Ha ocurrido, por ejemplo, que diversos gobernantes cargados de prepotencia, soberbia e ignorancia, han apostado por un futuro en el que primaban la economía y el comercio, por un futuro con dinero, aunque ello supusiese dejar morir a las personas mayores, a los físicamente más vulnerables. A estos la realidad se les está revolviendo como una maldición bíblica y en sus países la población se infecta en masa y la economía se hunde sin remedio.

Aquí la lección es clara: “lo primero es la gente”; luego, tiempo habrá de recuperar la economía.

Todos a una

En estas guerras pandémicas no valen banderías, discrepancias, discusiones y egoísmos. Estas situaciones sólo se dominan con unidad, con solidaridad.

De nada sirve, ni a nada contribuye, que algunos líderes políticos estén machacando a diario al Gobierno para dejar así su impronta en una situación que ni entienden ni controlan, dejando una clara muestra de su ignorancia.

Cuando el enemigo está a las puertas sólo vale una actitud, que es seguir las consignas, dar ejemplo de disciplina y respaldar las decisiones de quienes tienen la responsabilidad de gestionar el país.

Yo entiendo que algunos políticos de segunda fila se desesperan al ver que nada pueden ni tienen que hacer salvo acatar y respaldar, y que se sienten en la obligación de resaltar cada retraso, cada fallo, y de discutir cada decisión, intentando generar para sus contendientes una imagen de imperfectos, tratando con ello de hacer pensar a la gente que ellos lo habrían hecho mejor, algo que en la inmensa mayoría de los casos sería muy discutible. A algunos les amarga no tener el poder, ser oposición y, por ello, tener que obedecer y respaldar.

Pues no, ahora es tiempo de “todos a una” y, en el futuro, cuando el COVID-19 sea un recuerdo, tiempo habrá de discutir, de reprochar y demás… Hoy no señores, ahora no. Ahora, a callar y a colaborar. Miren ustedes señores de la oposición cómo ha reaccionado la gente, los españoles, y procuren estar a la altura.

i

Somos un país muy civilizado

Comportamientos anecdóticos aparte, este país ha demostrado el gran nivel de su gente, su civismo, su empatía, su inteligencia y su comprensión.

A nadie se le escapa que el estar semanas y semanas encerrados en casa es una situación agobiante y familiarmente compleja, que exige mucho esfuerzo, mucha voluntad y paciencia.

No voy a negaros que, conociendo el individualismo de nuestra gente, nuestro carácter mediterráneo y lo muy volcados que estamos hacia la calle en este país, temí lo peor cuando se anunciaron las medidas de confinamiento. Ahora estoy encantado, orgulloso de la gente, de mi gente, de su cordura y su disciplina. Ahora sé que juntos vamos a acabar con el virus.

3000

La importancia del Sistema Público de salud

Si algo ha quedado meridianamente claro en esta crisis es la importancia de que exista en el país un sistema público de salud, extenso, proporcional, suficiente, bien dotado, con plantillas adecuadas y equipamientos acordes con lo que todos esperamos de él.

Han quedado en evidencia los desmantelamientos, los cierres de plantas, quirófanos e instalaciones realizados por algunos gobiernos en el pasado reciente para primar la medicina privada.

La medicina privada se ha mostrado impotente ante la crisis. Sólo el Sistema Público de Salud está preparado para solucionar los problemas graves, pero resulta que está teniendo que hacerlo a pesar de las muchas carencias de personal, de espacio y de medios que ha evidenciado la lucha contra el COVID-19, y que no es más que la herencia de una gestión nefasta de la sanidad.

Ningún negocio privado, ningún amiguismo, ningún “tres por ciento” debería privarnos de un sistema sanitario público de envergadura en el que todos podamos confiar y del que todos podamos sentirnos orgullosos.

La investigación y la ciencia

Hay cosas que no se sostienen, pero que son consecuencia de que nuestra sociedad se rige exclusivamente por las leyes del mercado. Por eso, un futbolista gana millones al año mientras que un investigador, ese que puede salvar la vida de cientos de miles de personas, gana quince mil.

Si hay que sacar alguna conclusión de este momento histórico de España es que es necesario que contemos con laboratorios punteros, en los que científicos correctamente pagados estudien, desarrollen, perfeccionen, prevean, analicen…

No debemos permitir que nuestros mejores cerebros tengan que irse al extranjero en busca de oportunidades porque no las encuentran aquí.

coronavirus-personal-sanitario-limpieza-1200x900

El año que florecieron las “quelis”

En momentos como este hemos… recordado, que hay un montón de gente tan necesaria como menospreciada, sin la que nada es posible. Es la gente de la limpieza, los que van detrás de los sanitarios trapo en mano, higienizando, desinfectando… Sin ellos, no lo dudéis, todo se hundiría.

Y de la misma manera que les pedimos que salgan de casa y vayan a dar la cara en estos momentos de riesgo, de miedo, deberíamos acordarnos de ellos para exigir a los empresarios que los contratan que lo hagan con unos sueldos algo más dignos, más acordes con la importancia de su labor.

5541346

Las fuerzas del orden

Otro tanto puedo decir de los policías locales, las policías autonómicas, la Policía Nacional, la Guardia Civil, los guardias privados de seguridad y por supuesto, las Fuerzas Armadas. Tan necesarios todos ellos para poner orden en el caos, para hacer cumplir las normas necesarias, para detener a los que las incumplen, para garantizar el tránsito de mercancías, el movimiento en los puertos y aeropuertos, para perseguir a los delincuentes que aprovechan estas situaciones anómalas para engañar, timar y robar.

Los transportistas

No me voy a olvidar de los transportistas, porque ellos garantizan el movimientos de las mercancías que esta sociedad necesita para comer, para su higiene, para su ocio durante el confinamiento, para su salud. Y cuando digo transportistas me refiero no sólo a los camioneros sino también a los taxistas, a los conductores de los autobuses, los metros y los trenes, y a los repartidores, que también están moviéndose en el frente de batalla, rozando peligrosamente al virus y jugándose la salud y la vida.una-cajera-establecimiento-alimentacion-barcelona-1584349709070

Los empleados de las tiendas

Gracias también a nuestra cajeras, a los mozos de almacén y a los colocadores, que estos días garantizan que los estantes de las tiendas estén provistos y en orden, garantizándonos que no sufriremos carencia en nuestro confinamiento. Ellos también se han convertido en protagonistas en los tiempos del virus.

1362125_1

Y, por supuesto, el personal sanitario

Pero hay en esta guerra contra la pandemia un equipo de profesionales ante los que que descubrirse con admiración y respeto; son los médicos, las enfermeras, enfermeros y auxiliares que trabajan en los hospitales y centros de salud, que acuden a los domicilios, que viajan en las ambulancias.

Ellos son lo mejor de nosotros, los más sacrificados, los más entregados, los más valientes. Por eso han sido ellos los que, proporcionalmente, han tenido un mayor número de bajas.

Acordémonos de nuestros sanitarios cuando todo esto pase, no solo porque se lo merecen, sino porque volveremos a necesitarlos cada día, todos los días, este año y todos los años que vendrán.

~ por kalicom en 31 marzo 2020.

Deja un comentario