La petanca, un deporte más antiguo de lo que pensabas

¿Quién no ha visto alguna vez a un grupo de personas, normalmente maduras, lanzando bolas de metal para acercarlas a una bolita pequeña? Eso es “la petanca”, un juego que se remonta al siglo VI antes de Cristo, y que ya practicaban los griegos, que por aquel entonces lanzaba bolas de piedra. Más tarde, los romanos, que siguieron con las bolas de piedra, lo sofisticaron creando lo que hoy llamamos “boliche”, que es una pequeña bolita de madera (o de material sintético en la actualidad), que tiene unos 3 cm de diámetro.

Cada jugador puede lanzar tres bolas, tratando de acercarlas al boliche.

El objetivo del juego es que cada participante lance sus tres bolas, tratando de aproximarlas lo más posible al boliche, y manteniéndose mientras lanza con ambos pies en un circulo dibujado en el suelo.

El deporte de la petanca tuvo mucho éxito y los romanos lo adoptaron y lo llevaron en sus campañas militares a la Galia y a Germania, donde llegaría a tener incluso una connotación religiosa, que hizo que fuera prohibido en algunos países, como ocurrió en Inglaterra.

El caso es que, a finales del siglo XIX y principios del XX, ya se practicaba en toda Francia, donde los jugadores acostumbraban a tomar carrerilla para lanzar. Pero eso cambió en 1907, porque en la Provenza se estableció la regla de que no se podía jugar con impulso del cuerpo sino sólo del brazo, y se obligó a emplear un circulo desde el que lanzaba el jugador. De hecho, la palabra “petanca” proviene de la expresión en lengua provenzal «pès tancats» (pies juntos).

Actualmente en la petanca se emplean bolas de acero inoxidable o de acero al carbono.

Hoy, la petanca se juega empleando bolas metálicas de acero inoxidable o de acero al carbono, y para su práctica hay unas normas internacionales que establecen que deben tener un diámetro entre 70.5 y 80 mm, y un peso que no puede sobrepasar los 800 gramos.

En la actualidad este deporte lo practican tanto por gente mayor como jóvenes, hombres y mujeres y, en muchos casos, incluso niños. Y es que la petanca es un juego sencillo, que no requiere mucho equipamiento y que permite tomar el sol (con el consiguiente aporte de vitamina D), que mejora la circulación, protege el corazón, mantiene activo el cerebro y levanta el estado de ánimo, ayudando además a evitar la soledad, porque se juega siempre entre varias personas.

La petanca es un juego social que evita la soledad a muchas personas.

En una partida de petanca lo primero es decidir por sorteo qué equipo lanzará el boliche. Luego se procede a lanzarlo a una distancia no menor de 6 metros ni mayor de 10. El boliche se convierte entonces en el objetivo de todos los jugadores, que tratarán de depositar sus bolas lo más cerca posible del mismo. En el momento de lanzar, el jugador deberá tener los dos pies juntos dentro el círculo, y no podrá moverse hasta que su bola toque el suelo. Cuando todos los jugadores han lanzado, gana el equipo que tiene la bola más cercana al boliche, y se contabilizan todas las bolas mejor colocadas que las del equipo contrario. Las partidas se juagan a un total de 13 puntos. En cuanto al tamaño de la pista, la que se usa  para competiciones oficiales tiene 4 x 15 metros.

La petanca es un juego inocente, amable y bien reglamentado, en el que los jugadores hacen ejercicio mientras charlan y bromean. Pero hubo épocas en las que su práctica creó problemas a los gobernantes, como ocurrió en el Imperio Romano. De igual manera en la Inglaterra de Enrique VIII, el rey tuvo que prohibir su práctica entre los arqueros, porque se había convertido en un juego obsesivo. En el siglo XIV los reyes Carlos IV y Carlos V lo prohibieron también, y hubo que esperar al siglo XVII para que se levantara la prohibición.

Hay una anotación histórica que refiere que, en 1792, una partida de petanca acabó con el resultado de 38 muertos y 200 heridos; aunque no por una disputa por la colocación de las bolas, si no porque la partida se jugó junto a un depósito de munición, que desgraciadamente explotó.

La cinta métrica permite establecer qué bola está más cerca del boliche.

Como es lógico, cuando la petanca se practica de forma federada y sobre todo en las categorías profesionales, lo que es un juego al alcance de cualquiera, se convierte en una actividad que exige mucha preparación física y psicológica para optimizar habilidades como la concentración, la técnica, la estrategia, la dosificación del esfuerzo y la paciencia. De hecho las sucesivas partidas, que pueden durar varias horas, en las que el jugador está agachándose y levantándose cientos de veces, hacen necesaria una excelente forma física y una adecuada preparación. Aquí ya entramos en el ámbito del deporte de élite, con sus oportunidades y dificultades, sus ídolos, sus fans y su bullicio.

Para no tener que agacharse tantas veces, algunos jugadores usan un imán con el que pueden levantar la bola sin esfuerzo.

El mejor jugador de petanca del mundo es el pamplonica Txema Cancio, nacido en 1983. Pero el actual campeón del mundo de este deporte es Jesús Escacho, de 21 años, que consiguió el título de campeón de Europa en 2022 y más recientemente ha sido proclamado campeón mundial. El campeón de España es Asier Vicente, un joven de Azuqueca de Henares de 17 años.

Estos jugadores de élite llegan a tener unos ingresos considerables, especialmente en Francia y Tahilandia, donde algunos se embolsan anualmente más de 100.000 euros.

La bola que está más cerca del boliche decide qué equipo gana la partida.

Sólo en España hay más de 12.600 licencias federativas, aunque se calcula que el número de jugadores habituales supera los 150.000, especialmente en Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana y Canarias. Por cierto, el Día Mundial de la Petanca se celebra el 1 de mayo.

~ por kalicom en 12 febrero 2024.

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