¿QUÉ HAN HECHO CON MI PUERTA DEL SOL?

Hoy he ido, después de cerca de tres años de no aparecer por allí, a ver cómo había quedado la remodelación de la Puerta del Sol que ha hecho José Luis Martínez-Almeida. Y, bueno, ha sido una montaña rusa de sensaciones, básicamente desagradables.

Para empezar, yo habitualmente entro en la plaza por la calle de Alcalá y, desde los años 60, me gustaba ser recibido por la emblemática escultura del oso y el madroño. Pues ahora el oso me pilla de culo (literalmente veo el culo del oso) porque lo han girado hacia la derecha, y sólo ves el conjunto en todo su esplendor cuando ya estás dentro de la plaza.

Me sorprende, y me espanta a la vez, que no hayan aprovechado las obras para cargarse la cúpula poliédrica, el caleidoscopio, la doble joroba de cristal que cubre la entrada a la estación de cercanías, cuyo diseño choca ofensivamente con la arquitectura de la plaza en general y, en particular, con el edificio que es sede del gobierno regional y que data del siglo XVIII.

En lo que respecta a la estatua ecuestre del rey Carlos III, si antes la efigie del monarca miraba a la fachada del edificio más antiguo de la plaza, la que fue Real Casa de Correos y actual sede del gobierno de la Comunidad, ahora está prácticamente en una esquina, rodeada por una fuente simplona y fea en la que ni siquiera pueden posarse las palomas, pero que al parecer ha costado casi 800.00 euros. Y, para remate, el monarca de bronce ha quedado mirando hacia el anuncio del “Tío Pepe” que, si bien tiene solera en la plaza, no parece que sea lo más apropiado.

En cuanto a los “bancos”, o mejor diré los bloques de hormigón habilitados para que se sienten los ciudadanos, son de una fealdad y una vulgaridad verdaderamente ofensivas.

Y para rematar el maltrato a nuestra histórica y muy querida Puerta del Sol, dos grupos de estructuras cilíndricas de cristal. Simplonas, impropias, chocantes. Uno frente a la tienda de Apple, y el otro al lado opuesto de la plaza, junto a la pastelería La Mallorquina. Parece que algún “emprendedor” ha considerado que era necesario que en la plaza, precisamente dentro de la plaza, hubiera quioscos para vender periódicos y revistas, boletos de lotería, billetes para pasear en el BigBus Madrid, un estanco, agua, refrescos, souvenirs… En fin, un mercadillo que produce auténtica vergüenza ajena.

Todo esto se amontona a los lados mientras el centro de la plaza es un erial peatonal de grandes losetas de piedra gris; un pavimento ralo, feo, que ha costado él solito la friolera de 3,6 millones de euros.

Sólo se ha salvado de este despropósito urbanístico la escultura de La Mariblanca, que continúa en su emplazamiento y situación originales, cerca de la desembocadura de la calle Arenal.

Y lo que ya me resulta incomprensible, inadmisible, y casi indecente, es que el Ayuntamiento se haya gastado casi once millones de euros en convertir la Puerta del Sol, nuestra Puerta del Sol, en un infumable amasijo de cemento y cristal.

Pero claro, Madrid es una ciudad de oportunidades para los emprendedores y hay que hacer que el dinerito se mueva y nuestros empresarios estén contentos. Es lo que tiene la política.

~ por kalicom en 25 enero 2024.

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