Un viaje iniciático a Segovia y sus lugares de poder

IGLESIA DE LA VERA CRUZ-BLOG

Fui a Segovia buscando un encuentro iniciático, confiando en ser ungido por la impresionante energía que inunda la iglesia románica de la Vera Cruz como pocos lugares de poder en el mundo. Así me lo aseguraba al menos un amigo que tiene una extraordinaria capacidad de percepción para estas cosas.

Acostumbrado a las grandes catedrales me sorprendió lo pequeña que es; parece casi de juguete. Da gusto verla, porque está muy bien conservada y restaurada. Se levanta dando la espalda a un pequeño barranco en la cuesta que sube desde el barrio de San Marcos hacia el pueblo de Zamarramala. Tiene esa imponente solidez de la arquitectura románica, con su color terroso rojizo y sus estrechas ventanas saeteras.
Por fuera, la Vera Cruz es un polígono de doce lados, y eso la hace única en España ya que las demás construcciones de los templarios que tenemos aquí son octogonales, porque el ocho es el número que simboliza el punto de encuentro entre el mundo material (representado por el cuadrado) y el espiritual (al que representa el círculo). Los siete días de la creación se completan con el de la ascensión de Jesús, que es el octavo. Pero la Vera Cruz es un dodecaedro, es decir, un paso más en el camino hacia la perfección celestial.

Confieso que a la hora de entrar tengo cierto… no miedo, pero sí aprensión, así que retraso el momento entreteniéndome ante de la puerta principal, fotografiando sus columnas rematadas con extrañas figuras de aves, de luchas entre guerreros, bustos humanos, demonios y animales mitológicos con cuerpos que son mitad pájaro y mitad sirena. Sobre los arcos, dos círculos rojos en los que se inscribe la cruz de las Ocho Beatitudes, esencia geométrica del octógono.
En el centro, justo encima de la gran puerta de madera, también en rojo, la cruz Patriarcal de dos tramos, la primera que usaron los caballeros del Temple. Es la que se conoce en España como Cruz de Caravaca y en Francia como Cruz de Lorena. No es una cruz normal. No es la que los templarios pondrían en cualquier parte. Es la distintiva del Gran Maestre y de los altos dignatarios. Su significado es misterioso: se dice que es una combinación de la Cruz Tau de los egipcios y la Cruz Latina.
En el fondo, no es más que la síntesis de lo que fueron los templarios, hombres de fe pero con el corazón y la mente abiertos a todo conocimiento. Hombres que, libres del integrismo de Roma, supieron conciliar el cristianismo, la Cábala judía, la tradición de los árabes sufíes y el lenguaje secreto de los alquimistas. Una semilla que germinaría en las logias masónicas creadas por los constructores de las catedrales. Esos masones a los que los templarios transmitieron los grandes secretos del simbolismo arquitectónico oriental.

Sigo rodeando la fachada hacia el sur. Allí hay otra entrada, la que da acceso al recinto, adornada con relieves que representan a las Santas Mujeres del Evangelio y al Ángel al pie del sepulcro vacío.
Realmente no sé qué espero encontrar. Creo que me preocupa no hacer las cosas bien, no colocarme en el sitio exacto, no estar receptivo, no saber captar la energía, esa energía que sé que está allí porque los templarios siempre se ubicaban en enclaves de poder, en lugares mágicos, milagreros, bañados por fuerzas telúricas.

El vigilante es un hombre de mediana edad y gesto serio, que mira con cierta desconfianza. Mientras le pago el euro setenta y cinco que vale la entrada le pregunto si se pueden hacer fotos. Escucho un seco y lacónico: “Sin Flash”.
La nave, que es circular, resulta tan coqueta como lo es el edificio por fuera. Está muy bien cuidada y ambientada, cuelgan banderas de lengua de la Orden de Malta y de los reinos medievales de Italia, Inglaterra, Alemania, Aragón, Navarra, Castilla y León, de la Provenza y de Auvernia.
Nada más entrar me topo con la lápida fundacional del templo que, escrita en latín y fechada en 1208, plantea ya los primeros misterios: “Los fundadores de este templo sean colocados en la sede celestial, y los que se extraviaron les acompañen en la misma…”.
Destaca en el centro de la nave una construcción también dodecagonal y en forma de árbol de la vida. Es el corazón del lugar. Una especie de templo dentro del templo, a cuyo piso superior se sube por una empinadísima escalera de piedra. La planta de arriba tiene un banco corrido que va por toda la pared, y en el centro un altar de piedra adornado con motivos orientales. Dicen que allí se reunían los caballeros para rezar, para velar las armas y para sus complejos y extraños ritos de iniciación. Debajo, sustentando la sala de los caballeros, hay un espacio al que se entra por cuatro arcos apuntados que se orientan a los puntos cardinales. Allí, bajo la pequeña bóveda de crucería, justo en el centro, está el destino de mi aventura, porque es allí donde se condensa toda la energía del lugar.
Dejo pasar primero a un amigo que ha viajado conmigo desde Madrid y que permanece unos instantes sobre el punto en el que se cruzan las losas; luego me cede el sitio.
Me sitúo, cierro los ojos e intento conectarme con la energía pronunciando mentalmente la divisa primitiva de la Orden: “Non nobis, domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam (No a nosotros señor, sino a tu nombre sea dada toda la gloria)”.
Estoy allí, con todos los sentidos en alerta. La temperatura es perfecta y me invade una paz extraordinaria. Silencio absoluto. En un momento dado me recorre la espalda una ráfaga de calor, aunque temo que pueda deberse a la aprensión propia de mi actitud expectativa. Cuando salgo miro a mi amigo.
¿Qué?
No sé…  bien, relajado.
Sí, yo también me he quedado muy relajado.

Salimos en silencio y vamos andando despacio hacia el coche. Antes de comer queremos visitar otros sitios que están muy cerca y que también tienen fama de milagreros, como la tumba de San Juan de la Cruz y la Iglesia de la Virgen de la Fuencisla.
En ese momento es cuando, al mirar el reloj, nos damos cuenta de hay algo que no encaja: ¡es la una de la tarde! Hemos estado casi una hora en la iglesia y nos han parecido no más de quince minutos. Nos miramos incrédulos: “No puede ser”. Quizá allí dentro el tiempo transcurra más despacio. En todo caso es extraño.
La segunda cosa difícil de explicar nos espera en la iglesia de la Virgen de la Fuencisla. Cuando entramos nos invade el olor a flores más intenso que he sentido en años.
– «Será por esos ramos que hay en el altar», especula mi amigo en plan racional. Nos acercamos a los ramos. Son flores naturales y como es lógico huelen, pero más bien poco. El aroma que estamos sintiendo desde que entramos está en el ambiente, no en los ramos. De nuevo se me rompe la lógica.

¿Serán esos fenómenos inexplicables que abundan es estos lugares especiales, en estos centros de poder conocidos por el hombre desde hace milenios y en los que se apilan templos sobre templos, culturas sobre culturas, religiones sobre religiones, dioses sobre dioses. Siempre en el mismo lugar?

~ por kalicom en 20 septiembre 2009.

3 respuestas to “Un viaje iniciático a Segovia y sus lugares de poder”

  1. Me habló un amigo común de tu blog, de esta curiosa entrada tuya, sobre lo que os aconteció en la iglesia de la Veracruz, y de la calidad literaria con la que te manejas. Veo que tenía razón cuando me recomendó que me dejara caer por aquí.
    Son un enigma todo este tipo de experiencias… y, lo que es por mí, que lo sigan siendo. Me impone todo lo paranormal, con que finalmente pienso que ya me va bien en el mundillo de lo conocido, que bastantes quebraderos nos procura, como para buscar salirme de madre.
    Un abrazo.

  2. […] Sigue leyendo en Imagina, por Carlos Barrón […]

  3. hola hermano mi nombre es jeronimo y buscando cosas en internet, sobre todo simbolos que me bajan en distintas ocasiones encontre tu blog y mirando tu cronica google la cruz que ponias de los templario y es la cruz que tuve en mi ensueño, asi que gracias a la causalidad por nada es casualidad tratare de ir al templo ahora cuando llegue a españa, soy de otro lado del oceano alla donde nacen los andes, ahora mismo me encuentro en holanda realizando temazcales una ceremonia de purificacion bien bonita…….de aca a españa a realizar temazcales por alla, y aconocer lugares asi que lleganen este viaje…. un abrazo y si te interesa venir a un temazcalll estamos en contacto……saludos

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